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lunes, 11 de febrero de 2008

Internet obliga a las discográficas a cambiar su modelo de negocio

Fuente: La Voz de Asturias.

La industria discográfica vive momentos de incertidumbre. Internet ha revolucionado la forma de acceder a la música: antes se compraban vinilos o cedés, ahora se bajan los temas directamente desde la red. Para algunos, el negocio del disco se muere. Otros piensan en una reconversión.

Se ha aceptado como hecho común que el principio del fin de las discográficas se inició con la piratería callejera. Enrique Granda, director del sello asturiano Santro Grial y organizador del festival Derrame Rock, considera que "ésto es completamente falso. El top manta no ha supuesto una competencia seria para la venta de discos. La piratería es consustancial con la música grabada, ha existido siempre. El gran problema para el mercado surge con la popularización de la banda ancha de internet".

Otro aspecto polémico es que los mayores damnificados por la música en internet son las grandes compañías discográficas, las majors . Enrique Granda asegura que "esa es una gran mentira que nos quieren vender. Las multinacionales están explotando ahora nuevas líneas de negocio, especialmente en el campo de la telefonía móvil: descarga de tonos, melodías, canciones... Con eso compensan las pérdidas de la venta de discos. En cambio, para las compañías pequeñas, la alternativa no existe. Vivimos de los discos, y su venta ha caído en picado".

Hay unanimidad. Empresarios, músicos y productores coinciden en que el pasado año supuso un declive total en la venta de discos. Jorge Muñoz-Cobos, fundador y líder de Doctor Explosión, y que se dedica a producir grupos en su estudio Circo Perrotti, de Gijón, asegura que "las bandas con las que yo trabajo solían vender entre 10.000 y 15.000 copias. Ahora es muy difícil llegar a las 1.500". Enrique Granda maneja unas cifras parecidas. El director de Santo Grial comenta que "un grupo que hace dos años podía vender 3.000 ó 4.000 discos, ahora no pasa de las 300 ó 400 copias. Con eso no se recuperan ni los gastos".

Ante este panorama, las discográficas han encontrado dos salidas: convertirse en meras distribuidoras o firmar contratos en los que, además de la edición de discos, se encargan de la representación de los grupos, con un porcentaje en los conciertos y actuaciones que la compañía gestiona directamente. Respecto a la primera opción, Granda comenta el caso de Avalanch, en el que "ellos mismos se encargaron de hacer y producir el disco y de editar las copias. Nosotros les ponemos el disco en las tiendas y les pagamos por lo que han vendido. En algunas ocasiones el artista o grupo no sólo se ocupa de la grabación, sino también de la promoción, bien por sí mismo o bien contratando a una agencia".

Pero la opción que cada vez cobra más peso, tanto en las grandes discográficas como en las pequeñas, es que las compañías sean a la vez agencias de representación de los artistas, gestionando en exclusiva los conciertos y las giras y cobrando el porcentaje correspondiente al management . Para el director de Santo Grial, "es lógico que si una compañía invierte en un grupo, les edita un disco y se ocupa de promocionarlo, se implique también en las giras". Granda es rotundo: "no desaparecerán las compañías: desaparecerán los managers".

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