Debe de ser muy complicado decirle no a la persona más poderosa del mundo. Y, aún así, las agencias de seguridad de Estados Unidos habían negado al flamante presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la posibilidad de utilizar su gadget favorito, al que se ha llegado a declarar adicto: la BlackBerry.
Sin embargo, Obama ha hecho valer su posición y ha conseguido lo que hace unos días parecía imposible: retener el dispositivo en su poder y el permiso para utilizarlo durante su mandato. La única pega es que tendrá que cambiar de cuenta de correo electrónico y que aquellos a quienes envíe un mail deben saber que tienen completamente prohibido por ley desvelar cualquier contenido enviado por Obama, al menos hasta que abandone la jefatura del estado, en virtud de la Presidential Records Act.
Por cierto, que ya hay quien ha calculado el valor de la campaña publicitaria que Obama le está haciendo a BlackBerry y su fabricante, RIM: entre 25 y 50 millones de dólares.
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