Durante todo el año 2008, el presidente y fundador de Apple, Steve Jobs, no dejó de perder peso visiblemente. La compañía de la manzana nunca informó de una enfermedad, pese a los constantes rumores de que el cáncer de pancreas que superó en 2004 había regresado. Ahora es el propio Jobs quien confirma que tiene problemas de salud, pero que no es cáncer, sino -según creen sus médicos- un desajuste hormonal.
"Como muchos sabéis, he perdido peso a lo largo de 2008. La razón ha sido un misterio para mí y para mis médicos (...) afortunadamente, después de nuevas pruebas, creen que han encontrado la causa: un desajuste hormonal que me ha 'robado' las proteínas que mi cuerpo necesita para estar sano", explica el afectado, que añade que "sofisticados análisis han confirmado el diagnóstico".
Ya se había anunciado que Jobs no estaría en la última Macworld -feria dedicada a Apple- en la que tendrá su espacio la compañía de Cupertino y que no presentaría la última 'keynote', que se celebrará mañana, 6 de enero. Pero en ningún caso se adujeron problemas de salud.
Ahora, el hombre que fundó, se marchó y volvió a Apple para dirigir la compañía -que ha llevado en la actualidad a su época más gloriosa- reconoce que el diagnóstico y la curación de la enfermedad es "prioridad número 1".
Una revelación con la que Jobs espera que los usuarios de Apple puedan "relajarse y disfrutar" de la feria, en la que Philip Schiller, vicepresidente de Marketing de Producto Mundial, dirigirá la presentación de las novedades. Eso sí, el presidente asegura que ha "empezado el tratamiento" -durará aproximadamente hasta primavera- para recuperarse, que es "relativamente simple" y que mientras continuará con sus funciones en la compañía.
Con el objetivo de aclarar del todo la situación, Jobs es tajante: "Seré el primero en dar el paso y en avisar al Consejo de Administración cuando no pueda cumplir con mis obligaciones como consejero delegado de Apple (...) lo que sea mejor para la compañía siempre será lo primero para mí".
De modo que queda Jobs para rato. Y los rumores, por ahora, han cesado. De modo que, en plena fiebre por el iPhone y los portátiles con manzana, el máximo dirigente de Apple pasará las vacaciones con su familia, con tranquilidad y recuperándose, por mucho que algunos hayan "escrito historias sobre mí en mi lecho de muerte", en palabras del propio Jobs, que ya ha dicho "todo lo que tenía que decir".
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